domingo, 25 de noviembre de 2012

El Principio soy Yo

Al principio era kaos,
y ordenó en regularidad,
los mares de descontentos,
en gritería en la oscuridad.

Y el Ünico instauró las constelaciones,
y de los reclamos de la profundidad,
desde el extremo sur,
con el 22 dijo:
-¡Preséntese, La Verdad!.

Los peregrinos del fondo,
ya elevados del inframundo,
algunos empezaron a preguntarse sobre la Verdad,
si el Inicio era tal Inicio,
¿quién nos colocó en aquella soledad?.

El Principio del principio,
dijo que él era la Verdad,
la Paz, la Justicia, la Igualdad y la Prosperidad,
-¡Yo soy, lo que "Es"!,
y del cielo y de la Tierra,
como en las murallas de Jericó,
temblaron en toda la creación,
desde el principio, al fin tal afirmación.

-¿Qué es la Justicia?
preguntaron temerosos aquellos en voz baja,
y el Principio les dijo:
-¡Yo soy la Justicia!
-¡Yo soy lo Justo!
-¡Yo soy únicamente quién los sacó desde allá abajo, del Inframundo!

Aquellos se miraron confundidos,
perplejos unos a otros,
sobre la respuesta de lo que "es" la Justicia,
tal vez la Justicia sea pagar la deuda,
la del Principio, su afirmación,
el rescate del Tártaro.

Un viejo anciano,
salió de entre aquellos,
y les dijo:
-Tengo pocos años restantes en esta existencia.

Y les siguió diciendo,
que antes del Principio del principio,
existía otro principio,
otro distinto del último, del Afirmante.

El viejo les dijo,
que la Justicia era respetar la Ley,
pero también la igualdad entre los hombres,
que no pertenecía a persona alguna,
ni a ideología ni a convicción,
ni a la política, pues la política no es moral, es interés.

Que la Justicia no nos vuelve Justos.
sino que los Justos son lo que contribuyen,
a construir la Justicia,
pero con respeto a la Ley,
y también a la igualdad.

Que en la Política gana el más fuerte,
en la contienda electoral,
la que gana es la Fuerza, no gana La Justicia.

Que en la Democracia gana la pluralidad mayoritaria,
siempre visible y disponible para hacerse obedecer,
sin embargo no representa la opinión de los más sabios,
por tanto, en su hacer puede más errar que acertar.

Que la Ley justa o injusta es Ley,
pero tal vez no sea Justicia,
porque para serlo debe ser igualitaria y Virtuosa.

Que la Justicia está antes que Todo,
cuando se trata de la libertad de todos.

Que el "Yo", y el yo hice esto, y el yo hice aquello,
es siempre injusto,
y por ello, nunca, jamás tiene que pesar en la Justicia,
por tanto para que haya Justicia,
el Yo debería dejarla de lado.

Que el que es Justo,
aún siendo Inicio,
es justo, de Verdad,
si rehúsa ante todo,
ponerse por encima de las leyes,
y por encima de todos los demás,
y por encima de Todo, y no ir por Todo.

Que la Justicia no ocurre sin misericordia,
(equidad decía Aristóteles),
es perdonar al género humano,
no porque se renuncie a castigar,
sino porque un juicio requiere,
la superación del Odio y la Cólera.

Luego de dicho esto,
el anciano terminó de respirar.

Aquéllos, los deudores del rescate del Principio,
en silencio quedaron,
recordaron las palabras del anciano,
y las palabras del Principio, del Inicio,
del que se atribuía la autoría del UNO.

¿Cuál es el fin de esta historia?
el fin sólo el destino lo sabrá.