jueves, 30 de diciembre de 2010

Acompañando a La Soledad


Numerosos rehúyen de tu figura,
que es ninguna al igual que tu lenguaje,
muda, como el habitante de un paraje,
estéril, tras una guerra futura.

Lanzada a veces hacia la locura,
por la reservada mudez salvaje,
y otros, actuando con otro engranaje,
hacia la reflexión y su apertura.

Soledad consustancial, compañía,
singular presencia siempre frecuente,
fiel tanto de noche como de día.

Sola amiga inseparable, cabalmente,
la soledad total, de haber, no existiría,
por mi acompañamiento, eternamente.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Iluminando el camino

Surcan en la senda el relato solo,
los cruces de aflicciones y alegrías,
letra en la arena la biografía,
en romería y ropa en deterioro,
por el desierto, solar de su vida.

Calmoso el errante dando sus pasos,
los brazos lacios de tantos transcursos,
la contemplación náufraga en desganos,
los muros de compasión derribados,
por el ego idolatrado en el mundo,

Como la misteriosa, la leyenda,
de las vicisitudes del humano,
aquélla que quedó presa en el jarro,
de Pandora la Esperanza, ahora ella,
dejando al mundo a merced de lo vano.

El crepúsculo asirio va en avance,
al rey sol y al brasero del desierto,
atinando una gota de consuelo,
al peregrino de un río sin cauce,
y del sinfín de lo falso y lo cierto.

Pero esta noche acaecerá distinta,
un haz fulgente al oeste del camino,
alumbrando la tez del peregrino,
y la calzada de su biografía,
la llegada del máximo divino.

Mayor a Sirio de resplandeciente,
vibrando y orientando la gran estrella,
un áurea de frescura y de nueva,
la buena hora de trascendencia en ciernes,
el nacimiento de todas las eras,

En variación a Belén el romero,
y en curso de lejos a tres viajeros,
los reyes y la consabida historia,
de adoración marcada en la memoria,
al niño Dios, Jesús el nazareno.

El agua de esperanza se ha acercado,
al yermo sin derrotero y cegado,
de aquél peregrino de ésta historia,
contemplando ahora el pesebre, la Gloria,
la compasión y el amor puro…¡¡que ha llegado!!

martes, 7 de diciembre de 2010

Solitario

Como una puesta del sol sin luna,
ó lumbreras sin fortuna,
el desaliento en clamor,
y apagada la brisa nocturna,

La calle deshabitada,
y con los naipes,
hacer la clásica jugada,
apostando una joya,
la única,
como la vía la más rezagada.

Aborda la celebración,
en orfandad el comienzo nuevo,
el de la naciente etapa,
en festiva anacoreta.

Añoranzas concretas y ataviadas,
antropomorfas, invisibles y sentadas,
a la mesa asistentes en la celebración,
exclusivas, en la hoy, huérfana casa.

Demanda

Despreocupadas las estrellas,
sin preguntarse,
quienes eran ellas,
vibraban alegremente su vida,
mientras el campo sonreía,
a la amada señora luna,
tal como si fuese poesía,
al son de juglares grillos,
en cuán sinfonía.

¿Quién soy?
se preguntaba,
el análisis en su duda,
en la vívida noche,
con legiones de lumbreras,
fijando sus ojos en ellas.

Mientras la brisa nocturna,
delicada como la seda,
acariciaba la copa de los árboles,
con la sonrisa llena y plena,
incapacitada en discernir,
sin preguntarse,
quién era ella,
sólo daba,
sin pedir que le dieran.

¿Quién soy?
reiteró la pregunta,
ahora acompañada con la teoría,
el análisis en su duda,
mirando al espacio infinito,
desde su espacio del imperio,
de la razón absoluta.

Preguntas y preguntas rodaban,
por las cuestas de la lógica,
mientras la maravillas actuaban,
sin la idea de dónde procedían,
sin la imagen del mañana,
y sin saber quiénes eran,
ellas sólo otorgaban,
sin pedir que les dieran.