jueves, 25 de marzo de 2010

Maestro de Galilea

Hombre tan desarrapado
extremado cuerpo enteco,
donde van tus pasos dime,
pies desnudos encarnados
alumbrando a los que vienen.

Cuán pesada carga llevas
como cielo y tierra juntos,
en tus breves cortos hombros
rostro púrpura denota,
las espinas, tú corona.

Cada paso dejas sangre
y su carga engrandece,
hasta dar su faz en tierra
por tres veces lo derrumba,
al que vencerá su muerte.

Perforados pies y manos
a dos maderos cruzados,
y clavado como enseña
punta de madera en tierra,
y el costado de un lanzazo.

A la tarde, de la hora tres,
el que en Belén fue nacido
encontrase su deceso,
Gólgota en Jerusalén.

Vuelto de los muertos luego
de entre ellos resucitado,
de jornada la tercera
pues no hay gran mayor ternura,
vida de él, haberla dado.

Tan antigua tu enseñanza
como cada madrugada,
tantas veces releído
cada signo de tu letra,
pero el odio aún no se ha ido.

Tantas veces de odio al prójimo
tanto al hábitat del mundo,
como sed de perecer
cuerpo y de alma hacia Luzbel,
de Jesús, nada aprendido.

Ojalá se comprendiera
las personas ellas mismas,
cada día qué se ha hecho,
de custodios designados,
por Jesús de Galilea.

domingo, 21 de marzo de 2010

Crepúsculo


Acrecienta la penumbra
y el silencio empoderado,
mueven las pezuñas tardo
e intrincadas osamentas,
dando a luz a espectros sueña
en sombríos cuadros traen,
trazas de destierro fuerte
absoluto de éste haber,
castigando sin ceder
ignorando hasta cuando.

Llega el fin al ritmo gris
y el surgir dolientes aires,
dando pasos hacia atrás
socavando está la tarde,
cada rayo terminal
en el llano sin final,
asomando está el ocaso
avanzando el desconsuelo
en sigilo fantasmal.

Ora espiando desde sombras
desplazándose en secreto,
a siniestra y diestra oculto
rezando del viento murrias,
percepciones mías cuentan
reminiscencias de ayer,
huerfandades a traer
desamparo en el presente,
por futuro a incertidumbres
sin llegar saber qué hacer.

Por la calle taciturna
sólo sombras lo responden,
con la voz del viento en grises
la memoria acude en sorna,
gran tristeza todo entorna
que dejaron éste mundo,
por siempre infinitos amados
que debieron más partir,
junto a Dios destino a ir
reino de todo lo creado.

Ya desembarcó la noche
y con ella descansar,
el soñar y dormitar,
en una pequeña muerte
y con los ausentes un poco estar.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Para el amor...

Estás bien contigo al
estar bien con los demás,
al llevar tu soledad
en muy buena convivencia,
los vínculos, además
en paz se encarrilarán.


Es preciso valorarte
para llegar a valorar,
amarte para amar,
respetarte si deseas
alcanzar el respetar,
acepta tu identidad
para otros aceptar,
no ofrece quien no tiene
brinda el que tiene para dar.


Ninguna relación calma
cederá, ni felicidad
en inexistente Paz.


Arribarás a concluir
que asirás ventura,
con otra alma y decir
que no la necesitas,
su venir para ser feliz.


Pues éste será el momento
el más dichoso y esperado,
lo contento compartiendo,
infeliz es dependiendo.


Con certeza amarás
sin llegar a confundir,
no es amar manipular
ni manejar es el ser
aquellos, que crees querer.


El camino es compartir
esa gran bienaventuranza,
con el ser que crees que amas
y no que te satisfagan.


Pretender nos haga felices
el imaginario amado,
son frustraciones sin fin
y males nunca esperados.


Cuando llegue el día:
“Sin ti, estoy bien”
el amor en parabienes
estará para compartir.

Observas



Me observas, me miras sin descanso
bella amiga pálida radiante,
horadando a la noche hablante
son de grillos reverencia mediante,
alzo mis brazos y no te alcanzo
dulce luna bondad sin semejante,
luceros siempre en estado vibrante
loas Dios por belleza tan impactante.


Cierto momento el viaducto final
de pavimento y aceras doradas,
descenderá en el lapso terminal
en el último exhalo terrenal,
caminando por el espacio celestial
buscando personas siempre amadas,
ora luminosas por Dios transformadas.


Esencia que el eterno me prestó
en las constelaciones encontrará,
ahora entre estrellas hallará
aquellos, ya luces que siempre amó,
y al encuentro con ellas se situará
al lado feliz, infinito resplandor.

Soledad


Es caminar solo en una calle solitaria.
Es estar rodeado de muchos ...
pero sólo, acompañado de los sentimientos interiores.
Es haber perdido seres queridos, todos o algunos...
es escuchar el silencio,
recuerdos de voces, palabras de aquellos que se fueron.
Es recordar escenas de todos los momentos.

Es escuchar el silencio.
Escuchar, sentir, el viento que roza la piel,
los ruidos provenientes de la calle.
Es ver volar una paloma cruzando el cielo,
un colibrí conversando con cada flor,
ver los últimos rayos del sol
en el final atardecer calurosa de un verano.
Es ver los diferentes matices del blanco de las nubes.
Es tomar conciencia que se transita de un final a un comienzo,
y que en el tránsito del comienzo al final...
...tal vez siempre estamos solos y no lo estamos a la vez.

Solos y no solos a la vez,
así llegamos y así nos iremos, alguna vez a un nuevo comienzo,
y en el medio, miles de soledades diferentes, con miles de sensaciones diferentes.

¿Qué es la soledad?...el otro polo de nuestras vidas...
tal vez también una de las tantas oportunidades muy particulares,
de encontrarse con uno mismo,
de buscar y de encontrar también su SER.

Es un Sendero


Es un sendero, un rio,

un viaje, un dia, una noche,

una semana, un mes, un año.


Es percibir, es ver, es oir,

es ver sin ojos, es oir sin interrumpir,

es percibir con el interior,

es cruzarse con otros caminos, es la suma de otros senderos,

y es el origen de otros.


Es unirse y separarse,

es la suma de otros rios, arroyos

y es la separación para originar otros ríos.


En el río hay seres vivientes

en tu camino estás tú y lo más importante, Tú Ser.


Como en el sendero, el río, el viaje, día,

la noche, la semana, el mes, el año....

comienza y termina y en medio sus etapas.

Pero termina para comenzar

y comienza para terminar.


Todas las fascetas de la vida

desfilaran ante tus ojos.

Verás la vida de otros seres y ellos te verán a ti.

Te indicaran el camino sin señalar.


Como en el trayecto...

pasarás sólo una vez, y no lo repetirás

Aunque vuelvas a recorrerlo

porque como las agujas del reloj,

van de derecha a izquierda

y nuca hacia atrás.