miércoles, 3 de diciembre de 2014

El Encuentro



Esperaba al lado del camino,
esperaba su llegada,
miraba el reloj,
miraba el cielo
contando de ninguna manera.

Mil noches tras olas de promesas,
promesas de olvidos,
y el amor sangrando,
detrás de la mirada desierta.

Despliega las alas aunque estén rotas,
mira al cielo y abrázalo,
aprende a vivir muriendo cada instante,
escucha aquello que está más allá de lo que escuchas,
despliega esas alas,
pero no renuncies a volar.

Duele la carne,
se dispersa el espíritu
no dejes de elevarte
por encima de esta noche,
extraña noche casi eterna.

Esperaba al lado del camino,
esperaba su llegada,
miraba las estrellas,
sangrando en silencio,
dentro de su propia mirada.

Dispersa su alma,
y con las alas rotas,
miraba en sus manos
el fin que se acercaba.

Y el viento la tomó entre sus manos,
y ella sintió su respiración en su corazón,
y la besó suavemente en los labios,
y dejó de sentir dolor,
y dejó de estar dispersa su alma.

Esperaba al lado del camino,
esperaba su llegada,
y miraba sus propia alma,
radiante y plena.

Esperaba al lado del camino,
esperaba su llegada,
la llegada al encuentro con ella misma.



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