martes, 7 de diciembre de 2010

Solitario

Como una puesta del sol sin luna,
ó lumbreras sin fortuna,
el desaliento en clamor,
y apagada la brisa nocturna,

La calle deshabitada,
y con los naipes,
hacer la clásica jugada,
apostando una joya,
la única,
como la vía la más rezagada.

Aborda la celebración,
en orfandad el comienzo nuevo,
el de la naciente etapa,
en festiva anacoreta.

Añoranzas concretas y ataviadas,
antropomorfas, invisibles y sentadas,
a la mesa asistentes en la celebración,
exclusivas, en la hoy, huérfana casa.

2 comentarios:

MTeresa dijo...

A veces la soledad
nos enseña,
no es mala compañía.

Luis Lenes dijo...

Hola MTeresa:

Es verdad...a veces es así.

Abrazos!